El efecto 99

Esta era una vez un rey que estaba en busca de la felicidad ya que aun cuando tenía todos los placeres a su alcance debido a su inmensa riqueza, siempre se sentía vacio y nunca estaba satisfecho con lo que poseía. Tal era su infelicidad que admiraba a uno de sus sirvientes más pobres, que sin importar su condición económica, irradiaba dicha y gozo sincero por la vida.Motivado por lo anterior, fue con el sabio del reino a solicitar su consejo y le pregunto: ¿Cómo es posible que uno de mis sirvientes, aun siendo pobre sea más feliz que yo, el gran rey?
El sabio hizo una pausa y le contesto: Para poder explicarte la razón de tu infelicidad y de casi todos los hombres, necesito que comprendas EL EFECTO 99.
¿Y qué significa eso? pregunto el rey. Para que lo puedas comprender necesito que consigas un costal con 99 monedas de oro. Ya que lo hayas conseguido ven y podré explicarte.El Rey ni tardo ni perezoso fue de inmediato a conseguir lo que el sabio le había pedido y regreso con el. El sabio le dijo que lo que seguía para poder comprender EL EFECTO 99 era que siguieran a escondidas al sirviente hasta su casa, cosa que hicieron esa misma noche.
Cuando el sirviente entro a su casa, el sabio puso el costal con las 99 monedas en la entrada de su casa, toco a la puerta y corrió a ocultarse junto con el rey.
Cuando el sirviente salió, vio el costal, lo recogió y se metió de nuevo a su hogar.El sabio y el rey prosiguieron a espiarlo desde la ventana.
Cuando abrió el costal, el sirviente quedo asombrado con su contenido, estaba encantado y sin perder tiempo comenzó a contar todas las monedas. Cuando terminó el conteo, se rascó intrigado la cabeza y comenzó de nuevo el conteo ya que el suponía que le hacía falta una moneda para completar las 100.
Al terminar el segundo recuento el sirviente se desespero y comenzó a buscar debajo de la mesa sin rastro alguno de esa moneda perdida, por lo que comenzó a angustiarse.
Fue entonces cuando el sabio le dijo al Rey: Te das cuenta, eso es justamente a lo que me refería con el efecto 99. El sirviente, al igual que tu, han dejado de valorar la mayoría de sus bendiciones para enfocarse en los pequeños detalles que «creen» les hacen falta. En ello radica la infelicidad del ser humano.

Categorías: Cuentos | 19 comentarios

Navegador de artículos

19 pensamientos en “El efecto 99

  1. planocreativo

    Nos interesa que comentes aquello que te inspira el cuento…
    😀

  2. ac3kamikaze

    Es un cuento muy interesante que leí en un libro de Jorge Bucay, «Déjame que te cuente».
    Dos puntos a comentar: el primero es sobre la avaricia; tanto como debilidad o como virtud, siempre está presente en el hombre. El segundo punto es sobre la felicidad que, por supuesto, no radica en el dinero que uno tiene.

    El Gordo, siempre tan cuentista…

    Un abrazo!!

  3. Recordé, aquel cuento, del elefante que estuvo toda su vida..atado»imaginariamente» a sus propios miedos y fantasmas..que no le permitían, disfrutar..de el milagro de estar vivo..
    Creo, que pasamos gran parte de nuestra vida, lamentándonxs..de no tener ésto o aquello, comparándonxs inútilmente,.afortunadamente, es la misma vida, la encargada..de despertanos de ese rumiante letargo..
    Gracias por el espacio..y que el 2012..sea! el mayor de los despertares!
    Saludes, cordiales..

  4. SAMANA

    EXCELENTE PARA FIN DE AÑO. SIRVE PARA HACER BALANCE. GRACIAS

  5. Claudiae

    Me lleva a reflexionar y ver como el comercio nos lleva a sentirnos siempre vacíos, a diario la publicidad nos vende la necesidad de estar incompletos, ya tienes tal cosa, pues esta out, salio esta mejor y si no la tienes pues que esperas, hay créditos, y nos meten en un materialismo tal que nos olvidamos del saber Ser, solo es Hacer para Tener.
    Gracias por compartir este bellos cuento.

  6. silvia adelina

    todos tenemos un sabio en nuestro interior,solo hay que escucharlo.
    gracias

  7. Muy ingenioso. Nunca valoramos lo que tenemos, aunque sea mucho más de lo que hubiéramos imaginado-
    Me recuerda al cuento del rey y la camisa del hombre feliz, pero es bastante más extremo que este.

  8. Pepillo

    este cuento lo leí en una Cadena de Correos … de Power Point.

  9. juan

    muy buena reflexión aveces no apreciamos lo que tenemos y en ocasiones tiene que ser alguien mas quien nos saque del error

  10. muy bueno! pero por sobretodo muy cierto…
    ¿Podría ser que la infelicidad del ser humano también se encuentre en el desear?
    En fin…nunca estamos contentos con lo que tenemos y nos angustiamos con «hechos pequeños» que consideramos grandes.

    Un saludo!

  11. «Busca la respuesta donde surgió la pregunta», extraído de un taller de Marianne Costa.
    Y allí está la respuesta, en la misma pregunta que le hace el rey al sabio.
    ¿Cómo es posible que uno de mis sirvientes, aun siendo pobre sea más feliz que yo, el gran rey?
    La felicidad entendida como totalidad, completarse, no dar lugar a la desdicha, en los tiempos modernos, ciertas veces en un plano material más que en el emocional, hacen de la felicidad, una totalidad incompleta siempre. Esta infelicidad sentida por el rey, se plantea desde el momento mismo en que observa, y ve el gozo y la felicidad imaginaria de su sirviente. No sabemos realmente si su sirviente era feliz. El solo hecho que el rey crea que su sirviente es más feliz que él, hace del él un ser infeliz, pues no puede alcanzar el estado de su propio sirviente. El rey cae en su propia trampa de ser infeliz, creando su propio nudo. El sirviente por su parte crea también su propia trampa, iniciada previamente por el rey. Si el rey no hubiera presentado la pregunta al sabio, nunca hubiese seguido al sirviente, nunca le hubiese dejado las monedas, y entonces no hubiese caído en su propia trampa de infelicidad creada desde el momento en que aquellas monedas faltaría una para completar lo que su mente lógica le esta pidiendo.
    Nuestra mente puede ser nuestra mejor amiga, y nuestra peor enemiga. Tejer nudos y trampas y crear pensamientos e imaginar sobre una realidad que solo es a los ojos de nuestra mente, pero que poco nos dice de lo que realmente es.
    La felicidad como estado emocional se encuentra condicionada por nuestros pensamientos, y muchas veces el goce y el sentirnos plenos, esta limitado por esta clase de pensamientos que nos impiden ser feliz.
    Ser consciente de las trabas y nudos, de la emboscada que ciertas veces nos impone nuestra mente, nos ayuda a desenmascarar y estar atentos a que cada vez que surja no nos dejemos engañar por ello.
    Ser consciente de que nuestros pensamientos, emociones, imaginaciones, y deseos, están «moviéndose» en una dimensión desconocida, y que están siendo influenciados, directamente a quienes tenemos cerca y con quienes nos relacionamos. Hacer uso de una consciencia sana, por tanto ayuda a sanar a quienes tenemos a nuestro lado.

  12. RECORDEMOS EL CUENTO:
    Un día el rey más poderoso de la época se decidió por fin, tras largos años de infructuosos tratamientos por parte de la legión de médicos que le atendían de su extraña dolencia, a consultar a un Sufi que vivía en las afueras de la capital. El sabio accedió a acompañar al emir y cuando estuvo en presencia del ilustre soberano, pasó un buen rato en silencio observándolo. Luego, haciendo ya el gesto de irse, dijo:
    “Poderoso señor, todas vuestras dolencias desaparecerán al instante de vestiros la camisa que lleva el hombre feliz”
    Consternado el monarca apenas acertó a preguntarle a voz en grito, cuando el viejo sabio iba ya a salir de la enorme sala. “¿Dónde está ese hombre? ¿Cómo puedo encontrarle?”
    “No teneis más que enviar emisarios a buscarlo”, respondió el Sufí desde el pasillo.
    El rey actuó de inmediato y envió a todos sus emires a recorrer el país. Los altos dignatarios fueron preguntando a todo ciudadano si era el hombre feliz, y cuando el interrogado respondía negativamente seguían buscando. Pasaron los años. Por fin el emir más diestro, fuerte y paciente regresó a palacio, exhausto, desfallecido y con el semblante ciertamente turbado.
    El rey inquirió: “¿Has encontrado por fin al hombre feliz?”
    “Sí, majestad”, respondió el buen servidor, “en efecto lo he encontrado; vive en los confines de vuestro reino, en lo alto de las montañas más altas”.
    “¿Le habéis, pues, colmado de tesoros a cambio de su camisa?”
    “Majestad:”, el canciller se tomó su tiempo en responder, lanzó un largo suspiro y concluyó, “el hombre feliz es tan pobre que no tiene ni camisa”

  13. nacho

    hay dos monjes budistas, y uno le dice al otro:

    Yo rezo, canto todos mis mantras, hago todos los rituales, me dedico 100% al yoga, soy vegetariano, me estudio y sigo al pie de la letra todas las escrituras, porque no soy feliz…

    el otro contesta:

    Porque yo no pido, agradezco

  14. Nicolás

    INSISTO, QUERO MI MONEDA, JAJA. ya enserio, es fácil y simple la razón. hay que crear lo positivo.

  15. cholula

    Buen cuento creo que puedo hablar en nombre de todos lo que entramos a este página , estamos en espera de más cuentos que nos vayan mostrando las verdades.
    nuevamente GRACIAS : ))

  16. Yo siento que desear y agradecer son las dos caras de la misma moneda. El problema no surge del deseo, sino de nuestra intolerancia a la frustración.
    Muchas veces, enmascaramos, o le damos forma a un deseo poniéndole nombre. Quizás sea esa la razón por la que muchas personas satisfacen su ansiedad o su «falta de algo» (que no pueden o no quieren ver qué es en realidad) yendo de compras o bebiendo… o demandando afecto.

    Del cuento interpreto lo siguiente:
    El pobre hombre no se desespera por un una moneda. Sino que desespera porque se ha creado la idea de una falta. Se ha creado en su mente y en sus entrañas una FALTA.
    Yo he descubierto observándome, que en mis momentos de angustia, o de ansiedad, lo que sucede es que me he creado esa falta… y cuando realmente uno se da cuenta de que ESO que hemos materializado como necesario, en realidad no lo es, ya que el origen de esa sensación, comúnmente, no tiene ninguna relación con la forma y el nombre que le hemos dado.
    Yo siento que:
    Agradecer es una bendición, es un regalo para el alma!
    Y el deseo es como la huella de una ostra en la arena, donde la forma que se evidencia es solo la máscara de lo más preciado.

  17. cuando chica gane en un concurso una muñeca (yo queria ,la q camina, ya q ni los reyes tenian guita para traerla) cuando fuimos con mi papa a buscarla ….nooo caminaba ,me puse a llorar y recuerdo a mi viejo tomando de las manitos la muñeca y haciendo q de pasitos ,moviendola el de un lado y otro .,seque mis lagrimas y le di muchos besos a mi viejo x el milagro .no se si el se creyo ,q yo lo crei «.pero volvimos los dos felices de vuelta a casa .CREO Q «LA FELICIDA»,es ver en la persona q nos importa ,AMOR Y PAZ,y reflejarnos alli..hoy aprendi q la base para seguir es un DECRETO q pongo dia a dia ;ACEPTO Y AGRADESCO y le sumo :valoro ❤ !!!!FELIZ AÑO NUEVO Y MUCHA LUZ!!!!.abrazo de oso .bea 🙂

  18. En los últimos 6 años, sentí que mi vida había hecho una pausa, ahora veo que, durante todo ese tiempo aprendí cosas que necesitaba para que, todo lo que deseaba 6 años antes se pueda llevar a cabo. Agradezco lo que recibo y pido poco, he aprendido a que aquello que deseo lo puedo conseguir y lograr con mi esfuerzo. He aprendido a trabajar por mi. Todo aquello que me llega y no he pedido ni esperado es, para mi, siempre un aprendizaje nuevo y un regalo.

    ¡Gracias por compartir!

  19. LETICIA EUGENIA MORENO OLIVARES

    AGRADECER DIA A DIA LO QUE TENEMOS , DIOS NOS DIO UNA MOCHILITA CON TODAS LAS HERRAMIENTAS PARA USARLAS EN EL MOMENTO QUE LA O LAS NECESITEMOS, TENEMOS QUE APRENDER A CONOCERNOS Y DISFRUTAR LA VIDA TAN HERMOSA QUE TENEMOS SER Y LUEGO TENER.

Replica a juan Cancelar la respuesta

Crea un blog o un sitio web gratuitos con WordPress.com.